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miércoles, 20 de febrero de 2013

Relato de una trabajadora de BAP



Un día de juicio por Mariano Ferreyra

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Una trabajadora del Programa Buenos Aires Presente del Gobierno de la Ciudad, en lucha contra la persecución que está sufriendo por parte del macrismo por organizarse, envió esta nota sobre su experiencia en una de las audiencias del Juicio por Mariano.
Recuerdo que orgullosamente la noche anterior sentí emoción al pensar lo que sucedería en la mañana de ese martes de octubre. Los cumpas de “estatales en lucha” nos invitaron a presenciar el Juicio por pedido de Justicia ante la muerte de Mariano Ferreyra. Llegamos temprano a los tribunales de Comodoro Py, y eso permitió compartir con otros compañeros diálogos en torno a la actual experiencia de organización que esta naciendo. Nos actualizaron sobre la instancia del juicio y luego el deseado mate circuló tras las voces de quienes contaban su experiencia de lucha, sus prontas medidas, sus victorias logradas.
Control para ingresar a la sala. Documentos para registrar nuestra identidad, pedido de silencio continuo. Como si la bronca se pudiera contener. Por la dudas, el personal de gendarmería circulaba entre nosotros no vaya a ser cosa que se nos ocurriera gritar.
Me senté y escuche. Observe las caras de los jueces y la jueza. Mi cumpa de al lado me susurro quiénes eran los defensores de Pedraza y quiénes no. Quien hablaba era un ferroviario que estuvo el día del asesinato. Yo no lo creí ni una sola palabra, mi pensamiento tras escucharlo giraba en torno de: compran compañeros. Reprimen. Mandan patotas. Se cagan en la necesidad de la gente. Terciarían. Precarizan. Despiden. Imponen. Y nos quieren callar.
La lucha que ha nacido de las compañeras y compañeros del BAP es la lucha de Mariano. Inevitablemente, quien la comprende la relaciona. Es la lucha de Darío y Maxi y la de tantos militantes muertos por luchar. Es en lo que creemos, lo que nos moviliza, lo que genera organización y acciones colectivas. Ayer eran patotas tirando por la espalda a quienes reclamaban por su fuente salarial, por trabajo digno. Hoy son patotas que nos amenazan por organizarnos. Que nos quisieron intimidar, dar miedo para generar silencio, el silencio que les permite seguir robándonos.
No es fácil pensar en Mariano y no sentirse identificada, identificado. Entender la legitimidad de su reclamo, su convicción clara y fuerte. Muchas y muchos marianos conozco. Por suerte. Y saberlo me da la fuerza necesaria para seguir participando de las asambleas, de cada medida que pensamos colectivamente y tomamos en pos de nuestro objetivo. Los y las compañeras del ferrocarril pedían salarios dignos, el pase a planta, la reincorporación de despedidos y la libertad sindical. Nosotros exigimos lo mismo. Por lo que su lucha es nuestra lucha y es la de las personas en situación de calle que diariamente exigen de un Estado presente, de quien los mire y de respuesta a su situación de vulnerabilidad, que respete y adecue la ley que los ampara. Mariano será ese símbolo que impulse nuevas formas de organización y unidad, nuevas acciones en contra de la corrupción estatal, gubernamental y sindical.
Ayer era Mariano, hoy son miles de luchadores populares que levantan su rostro en una bandera, que asisten a su juicio, que escriben sobre él, que cada día trabajan para efectivizar el pase a planta, reincorporar a quienes despiden, exigir cumplimiento de derechos salariales (históricamente ganados por las luchas obreras); quienes cada día explotan su lucha en las calles. No puedo escribir sin hacerlo personal, pero es que quiero poder transmitir a quien lea esto que existe la esperanza concreta de ganar la lucha, de seguir el ejemplo de Marianos, Maxis, Daríos, comunidades originarias y tantas otras luchas históricas. Por ese camino vamos y hasta no llegar no nos detendremos. Y ejemplo de ello es que recién iniciado 2013 seguimos dando la lucha en las calles, luego de un intento más de desarticular nuestra organización. Porque quienes luchan no se toman vacaciones y mientras el poder político se encuentra panza arriba en alguna playa del caribe, nosotrxs salimos a las calles, damos fuerza a las asambleas, reflexionamos y discutimos colectivamente cada paso que daremos para frenar con TODO el intento de vaciar el único programa que asiste a las personas en calle.
Seguiremos participando del juicio. Estas invitadx. Nuestro trabajo cotidiano nos los exige. Es la mejor manera de entender que no estamos solxs, que lo que sucede en el BAP es legítimo y que estamos y estaremos dando batalla hasta conseguir:
-Ni un preso más por manifestarse. – Juicio y castigo a los responsables políticos e intelectuales por la muerte de Mariano Ferreyra y demás compañerxs heridos.
-No al vaciamiento del BAP en el intento de desarticular el trabajo profesional, trasladando compañeras/os. Pase a planta permanente. Ajuste salarial. Basta de precarización laboral.
Basta de atropello a nuestros derechos sindicales y laborales.
Vamos caminando, ¡aquí se respira lucha!

Una trabajadora del BAP

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